Col·legi de les Teresianes
Un edificio aislado, elegante y sobrio, con aires de fortaleza inexpugnable, es el sorprendente colegio que construyó Gaudí para la Compañía de Santa Teresa. Detrás de la reja y del jardín que lo rodea se alza imponente esta obra gaudiniana, que desde su origen mantiene la actividad de centro docente.
En el año 1887 la orden religiosa de Santa Teresa decidió construir un centro de enseñanza escolar en la población de Sant Gervasi de Cassoles, que en aquel entonces era un pueblecito al norte de Barcelona. Gaudí se hizo cargo de las obras que había iniciado un arquitecto de nombre desconocido y mantuvo la forma rectangular de la planta, puesto que los cimientos ya se habían hecho, pero varió el proyecto estructural del edificio y le dio su personalísima huella.
Al contrario que en otras de sus obras, Gaudí tuvo que someterse a un estricto rigor económico, lo que explica la austeridad de materiales como el ladrillo y la piedra desmenuzada del exterior o las paredes de yeso del interior. Aún así el genio de Gaudí se puede apreciar en el sistema estructural del edificio que, a partir de dos grandes patios interiores y de pasillos de arcos parabólicos estrechos y altos, permite la entrada de luz desde el último piso hasta la planta baja. En la fachada, donde también encontramos ventanas de arco parabólico, destaca la original composición formada por unas almenas coronadas con el birrete doctoral de la santa. La simbología religiosa se completa con los pináculos de los extremos del edificio, que tienen una cruz de cuatro brazos en la parte superior.