Muralla y puerta de entrada a la ciudad romana de Barcino - Frisos del Col·legi d'Arquitectes (Plaça Nova)
Un espacio pequeño pero lleno de elementos que hablan de la historia y del arte de Barcelona. Visitar la plaça Nova es situarse frente a la puerta de entrada de la muralla más monumental de la ciudad romana de Barcelona, pero también significa descubrir arte en diversos lugares, como por ejemplo el friso de Picasso del Col·legi d'Arquitectes.
La plaça Nova de Barcelona tiene sus orígenes en 1358, cuando se situaba allí el mercat de la Palla (Mercado de la Paja). Ya entonces los ciudadanos de Barcelona podían contemplar una de las cuatro puertas de entrada a la ciudad romana que iba, Cardus arriba, hacia el Forum. Dos torres de planta circular franquean la puerta que nos introduce al corazón del Barri Gòtic. Son el resultado de las reformas hechas durante el sigo XII, aunque el origen de las torres de defensa y la muralla se remonta a los siglos I a.C y IV d.C. En la torre de la izquierda, adosada a la Casa de l'Ardiaca, sobresale la copia de un fragmento del acueducto de la época romana y marca uno de los dos puntos por donde llegaba el agua. Delante, un poema visual del artista catalán Joan Brossa, forma la palabra Barcino.
Si giramos la vista hacia el otro extremo de la plaza descubriremos el edificio del Col·legi d'Arquitectes de Barcelona. El elemento más representativo son los frisos diseñados por Pablo Picasso y realizados con chorro de arena por el noruego Carl Nesjar: el "friso de los niños", en la fachada de la calle dels Arcs, el "friso de los gigantes", en la fachada de la plaza Nova y el "friso de la senyera (bandera)", en la fachada de la calle Capellans.